Pisamos Uganda por primera vez en Julio del 2018, la intención es visitar el país y conocer varios proyectos existentes para analizar con cuál encajamos mejor.
Las circunstancias hacen que en este momento no sea posible ni la visita a más de un proyecto ni la visita alrededor del país, pero las sensaciones trás la breve estancia en la escuela de Kafunjo situada en una zona rural de Ibanda nos dejan ya conectados para siempre con este lugar.
En nuestro primer paso por este proyecto impulsado y dirigido por el gran Bruno, vemos como esta humilde escuela enmedio de la nada que no dispone de agua corriente ni de electricidad, tiene tan solo varias habitaciones que son utilizadas tanto para las aulas de la escuela, para dormir, para rezar, como comedor y almacen, en aquel momento 240 niños y niñas asistian a clase allí, 80 de ellos huérfanos y residian en el mismo lugar y 5 refugiados del Congo, país fronterizo con Uganda.
Antes de partir del lugar, dejamos 1.000.000 de chelines Ugandeses que al cambio eran 240€ para que Bruno comprara un depósito de agua y lo instalara en la escuela y así evitar a los niños y a las niñas tantas caminatas al riachuelo que hay a 1km del lugar aproximadamente para cargar agua para cocinar, beber y asearse.
Bruno, que en tan solo 5 días de convivéncia mostro su gran corazón y humanidad no tardo ni un día en tener en su proyecto el tanque y el plan para instalarlo.
Fuimos manteniendo el contacto con este proyecto pero por circustancias nos fué imposible volver antes de que apareciera el Covid y parara con todo por un tiempo.
Fué en Mayo del 2021 cuando conseguimos volver con la intención de hacer aquella exploración que nos quedó pendiente en 2018 y lo primero que hicimos fué volver a Ibanda a visitar la escuela que 4 años atrás tanto nos impactó.
La evolución de aquel sitio en tan solo 4 años fué brutal, el depósito que donamos ya servia solo para emergencias ya que habian conseguido llevar agua directamente a la escuela, habian conseguido adquirir otros terrenos en los que habían construido unos dormitorios para las niñas y los niños que no tienen familia y se quedan en el orfanato, salas para las todos los niveles de clases, unos aseos más decentes de los que había, una cocina, una iglesia, una sala de profesores y dirección y una sala de enfermería con una enfermera que atiende a toda la comunidad, cuenta Bruno que con ello se han evitado muchas muertes por malaria ya que pueden ir a hacerse el test y tratarse sin necesidad de llegar a la ciudad.
Nos asombra la gestión que ha hecho Bruno de todas las donaciones que ha ido recibiendo en este tiempo, a parte compró una furgoneta y así el puede hacer de guia para turistas y ayudar así en la manutención de su proyecto.
Nos cuenta Bruno que en este momento (2021) son 130 los alumnos que tiene la escuela, que han sido muchas las bajas ya que con el Covid el Gobierno paró la actividad escolar y mucho del alumnado acabó desistiendo y nunca volvió.
Las prioridades que nos expone son básicamente el mantenimiento del proyecto, acabar la clínica y constuir una escuela de secundaria en un terreno que tiene algo más alejado de la escuela y el orfanato.
En esta visita aprovechamos para comprar algo de comida para sustentar un mes, al día se consume en Kafunjo 80kg de maíz, compramos 645kg por 500.000kg.Nos vamos pensando en volver con grupos en otoño de este mismo año.
Ya trás la visita de varios grupos se observan mejoras progresivamente, actualmente la clínica esta acabada, donde tenían planeado construir la escuela de secundaria han optado por dedicarlo a aulas de formación profesional de costura, de cocina, etc. ya que asumieron que la gestión de una escuela de secundaria era un proyecto muy ambicioso del que por ahora no se pueden hacer cargo.
Juntos Mola Más sigue apoyando la mejora de las infrastructuras, colabora en que los beneficiarios del proyecto tengan asegurada la comida tres veces al día, material escolar, medicinas para la clínica, etc.