Entre un viaje por paisajes maravillosos, con playas de aguas cristalinas y arenas blancas de repente nos encontramos en un vertedero. Un barrio dentro de una comunidad “vertedero”: Tondo
Aquí es donde se encuentra el proyecto que visitamos en nuestro primer paso por este espléndido país.
Las calles están llenas de basura y hay un olor nauseabundo, es duro ver cómo viven las personas que se van encontrando por el camino. Pero, de repente, llegamos a Project PEARLS.
Las familias que actualmente viven en Tondo proceden de Ulingan es una palabra filipina que significa «fábrica de carbón». La principal fuente de sustento de los residentes era la producción de carbón vegetal. Las familias, donde la mayoría de las mujeres y los niños pequeños se enfrentan todo el día al calor, los humos, el polvo, el hedor, las moscas, los mosquitos y las alimañas, trabajan todo el día para ganar unos míseros ingresos de alrededor de Php 100,00 (2€) por día. Decir que las condiciones de vida y de trabajo en Ulingan son insalubres e inhabitables es quedarse corto. Fué puro milagro que las familias pudieran sobrevivir a la extrema contaminación y pobreza en ese lugar.
Afortunadamente, en 2013, la Autoridad Nacional de Vivienda reubica a las familias de Ulingan en esta comunidad recientemente desarrollada. Los niños ahora pueden jugar libremente en un ambiente seguro y libre de humo. Hasta el día de hoy, Project PEARLS continúa apoyando a las familias reubicadas realizando actividades de divulgación todos los meses y otorgando becas a los niños.
En nuestra segunda visita en el año 2023 llegamos a este oasis que hay creado dentro de este barrio. Cientos de niños esperan en fila para entrar a un espacio de quizás unos 60 metros cuadrados, con paredes de chapa y sillas de plástico colocadas en su interior. Dentro, unas largas mesas con ollas enormes llenas de comida y, sobre la pared, unas letras colgando agradeciendo a JUNTOS MOLA MÁS por la comida del día. La sensación que al entrar allí dentro es de alegría, esperanza, superación.
Conocímos a Divine, la encargada de llevar adelante el proyecto de Tondo. En este proyecto son más de 300 niñas y niños los que van a buscar un plato de comida que se les da bien racionalizada para llevarsela a casa y que posiblemente compartan con más familiares, nos explica Divine que antes del Covid todos los días se repartía comida pero que actualmente solo ofrecen de viernes a domingo. Conforme los niños y las niñas van entrando a recoger su plato de comida reciben un vaso con vitaminas, ya que la desnutrición es muy elevada. Una vez todas servidas se ofrece comida a adultos, personas de todo tipo y de todas las edades, van con sus recipientes en las manos para obtener su plato de comida hasta que no queda ni un grano de arroz.
La imagen que vemos es muy emotiva, los niños están felices, ríen, cantan y algunos bailan al ritmo de la música. Dentro de estas cuatro chapas todo es muy diferente a lo que se ve fuera.
En el mismo espacio que se ofrece la comida se da refuerzo escolar, se colocan mesas y sillas de plástico formando grupos y entre voluntarios universitarios locales se van asignando niveles, desde los 6 años hasta los 14 o 15 y durante unas 2 horas ayudan con el apoyo escolar.
Nos fuimos tras nuestro breve paso por allí con el corazón muy lleno pero a la vez estrecho ya que saber que antes de la pandemia podían dar almuerzo de lunes a domingo y actualmente, debido a la disminución de donaciones y falta de fondos, sólo pueden llevarlo a cabo los fines de semana duele en el alma.
Continuamos colaborando con ellos en la alimentación para estos fines de semana, mientras la situación no cambie.
Además, a principios de 2024 y después en septiembre, el barrio de Tondo sufrió dos devastadores incendios que arrasaron con las casas de muchas de las familias que están en el proyecto, por lo que en ambos casos les apoyamos con donaciones con las que esperamos puedan ayudar a estas familias a seguir con sus vidas.
INVERSIÓN TOTAL (2019-Oct.2024): 5.103€